La
definición de cultura
Cultura
es el conjunto aprendido de tradiciones y estilos de vida, socialmente
adquiridos, de los miembros de una sociedad. Incluyendo sus modos pautados y
repetitivos de pensar, sentir y actuar (es decir, su conducta). Es ese todo
complejo que comprende conocimientos, creencias, arte. moral, derecho,
costumbres y cualesquiera otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre
en tanto que es miembro de la sociedad.
Definición
de sociedad
Es
un grupo de personas que comparten un hábitat común y que dependen unos de
otros para su supervivencia y bienestar. Debido al hecho de que muchas grandes
sociedades' están constituidas por clases, grupos étnicos, regiones y otros
subgrupos significativos, frecuentemente conviene referirse a las subculturas.
Así, por ejemplo, podemos referirnos a la subcultura de los negros
norteamericanos.
Endoculturación
y relativismo cultural
La
cultura de una sociedad tiende a ser similar en muchos aspectos de una
generación a otra. En parte, esta continuidad en los estilos de vida se
mantiene gracias al proceso conocido como endoculturación. La endoculturación se
refiere a la unión de experiencia de aprendizaje parcialmente consciente y parcialmente
inconsciente a través de la cual la generación de más edad incita, induce y obliga
a la generación más joven adoptar los modos de pensar y comportarse
tradicionales. Así, los niños chinos usan palillos en lugar de tenedores,
hablan una lengua tonal y aborrecen la leche porque han sido endoculturados en
la cultura china.
El
mantenimiento de las pautas de conducta y pensamiento de cada grupo forma el
núcleo del fenómeno conocido como etnocentrismo.
El
etnocentrismo
El
etnocentrismo es la creencia de que nuestras propias pautas de conducta son
siempre naturales, buenas, hermosas o importantes, y que los extraños, por el
hecho de actuar de manera diferente, viven según modos salvajes, inhumanos, repugnantes
o irracionales. Las personas intolerantes hacia las diferencias culturales,
normalmente, ignoran el siguiente hecho: Si hubieran sido endoculturados en el seno
de otro grupo, todos estos estilos de vida supuestamente salvaje, inhumana,
repugnante e irracional serían ahora los suyos.
Relativismo
cultural
Todos
los antropólogos culturales son tolerantes y sienten curiosidad por las
diferencias culturales. Algunos, no obstante, han ido más lejos y adoptado el
punto de vista conocido como relativismo cultural, con arreglo al cual toda
pauta cultural es, intrínsecamente, tan digna de respeto como las demás. Aunque
el relativismo cultural es una manera científicamente aceptable de referirse a
las diferencias culturales, no constituye la única actitud científicamente
admisible.
Como
todo el mundo, los antropólogos también se forman juicios éticos sobre el valor
de las diferentes clases de pautas culturales. No hay por qué considerar el
canibalismo, la guerra, el sacrificio humano y la pobreza como logros
culturales valiosos.
Limitaciones
del concepto de endoculturación.
En
las condiciones del mundo actual no se requiere ninguna sabiduría especial para
comprender que la endoculturación no puede explicar una parte considerable de
los estilos de vida de los grupos sociales existentes. Está claro que la
replicación de las pautas culturales de una generación a otra nunca es
completa. Las antiguas pautas no siempre se repiten con exactitud en
generaciones sucesivas, y continuamente se añaden pautas nuevas. Hay que
suponer que ha habido una ruptura en el proceso de endoculturación y que un
número cada vez mayor de adultos no ha sabido inducir eficazmente a sus hijos a
replicar sus propias pautas de pensamiento y conducta. Por tanto, la
endoculturación sólo puede explicar la continuidad de la cultura, no su
evolución
Dispositivos
culturales
La
mayoría de los antropólogos coinciden en que todas las sociedades humanas han
de tener dispositivos culturales de índole conductual y mental para satisfacer
las necesidades de la subsistencia, la reproducción, la organización del
intercambio de bienes y trabajo, la vida en el seno de grupos domésticos y
grandes comunidades, así como los aspectos creativos, expresivos, lúdicos,
estéticos, morales e intelectuales de la vida humana.
Subdivisiones
de dispositivos
1.
Infraestructura. Se compone de las actividades y conductas mediante las cuales
toda sociedad satisface los requisitos mínimos de subsistencia (modo de
producción) y regula el crecimiento demográfico (modo de reproducción).
2.
Estructura. Se halla constituida por las actividades económicas y políticas y
conductas mediante las cuales toda sociedad se organiza en grupos que
distribuyen, regulan e intercambian bienes y trabajo.
3.
Superestructura. Está integrada por la conducta y pensamiento dedicados a
actividades artísticas, lúdicas, religiosas e intelectuales junto con todos los
aspectos mentales de la estructura e infraestructura de una cultura.
Familia
y Cultura
La
familia introduce a las personas en el entorno cultural que los rodea, por lo
que a partir de ella, los referentes culturales de todo tipo marcan la conducta
y el comportamiento social, mismo que se impregna gradualmente en la persona a
partir del ejemplo y la imitación a los que ningún humano es ajeno.
Para
entender mejor la relación familia-cultura conviene relacionarla desde la
perspectiva matrimonial, y para ello nada mejor que recurrir a la perspectiva de
algunos expertos en el contexto del análisis social del matrimonio, como lo
advierten las siguientes observaciones: La familia desde su origen se inscribe
en una sociotemporalidad. Esto imprime en ella un modo de ser histórico.
Como
condición de existencia y de reconocimiento, la conformación y los intercambios
internos de la familia y los que establece con otras familias y con los demás
grupos de la sociedad, deben atenerse a mandatos, a obligaciones sociales,
históricamente determinadas.
Sin
embargo la estructura de toda familia desde los orígenes de su existencia,
independientemente de las distintas formas matrimoniales a través de las cuales
se ha establecido, se sostiene en el cumplimiento y transmisión de una
exigencia universal ineludible que está en los orígenes de la cultura y que subtiende
el estatuto de lo humano.