jueves, 11 de julio de 2013

DIALOGO Y DEMOCRACIA GRADO 8° PERIODO 3° DE 2013

DIÁLOGO Y DEMOCRACIA
DIÁLOGO
El diálogo es un proceso de genuina interacción mediante el cual los seres humanos se escuchan unos a otros con tal profundidad y respeto que cambian mediante lo que aprenden. Cada uno de los participantes en un diálogo se esfuerza para incorporar las preocupaciones de los otros a su propia perspectiva, aun cuando persista el desacuerdo. Ninguno de los participantes renuncia a su identidad, pero cada uno reconoce la validez de las reivindicaciones humanas de los demás y en consecuencia actúa en forma diferente hacia los otros.
DIÁLOGO DEMOCRÁTICO.
En esta Guía nos referimos al diálogo democrático como aquel diálogo que respeta y fortalece la institucionalidad democrática y busca transformar las relaciones conflictivas para evitar las crisis y la violencia y contribuir, por tanto, a la gobernabilidad democrática. Un diálogo democrático es siempre un proceso de cooperación y trabajo conjunto y puede incluir una o más reuniones de los actores del diálogo. Un diálogo opera con una mirada sistémica de la problemática en cuestión y por ende busca incluir a un grupo diverso de actores relacionados con dicha problemática, y no solamente a partes que buscan negociar un tangible.
El objetivo del diálogo democrático no es dialogar en el sentido de intercambiar información, sino transformar a través del diálogo.
El diálogo democrático se debe aplicar como herramienta de cambio y de formación de consensos básicos que hagan posible el equilibrio de poderes en la sociedad, abriendo nuevos canales de acceso y de participación a la ciudadanía. Durante un proceso de diálogo trabajamos para lograr un entendimiento sistémico de la problemática y fortalecer las relaciones entre todos los actores involucrados; esto nos posibilita identificar acciones transformadoras del sistema en cuestión.
PROPOSITOS
Un proceso de diálogo puede tener distintos propósitos. Por ejemplo, podemos emplear el diálogo como herramienta para el manejo de momentos críticos o de crisis; o como una discusión estratégica para promover visiones conjuntas; o bien, como un espacio generativo y de reflexión.
Cuando dialogamos para manejar conflictos en momentos críticos o de crisis, es posible -y en ocasiones recomendable- incorporar otros tipos de procesos de toma de decisiones y de consulta como el debate y la negociación, o incluso una mediación solicitada por las partes cuando éstas se encuentran muy confrontadas, siempre y cuando estos procesos complementarios se lleven a cabo en forma dialógica.
ACTITUDES FRENTE A UN DÍALOGO
ü  Los participantes demuestran respeto por los otros, empatía y apertura a los diferentes puntos de vista.
ü  La interacción entre los actores es transparente, hablando con autenticidad y evitando los secretos y las agendas ocultas.
ü  Los actores ponen en acción el principio de aprendizaje, buscando indagar y hacer preguntas, no solo para promover los objetivos propios sino también para comprender mejor lo que los otros piensan.
ü  Los procesos son incluyentes y flexibles.
ü  Los espacios en los que se relacionan los actores son legítimos.
PRINCIPIOS RECTORES PARA EL DIÁLOGO DEMOCRÁTICO
1.    La inclusividad se refiere a la forma de reunir en el diálogo a todos aquellos que puedan ser parte de una situación problemática, ya que son ellos mismos los que van a encontrar la solución. La inclusividad es importante en contextos donde ha habido exclusión ya que el proceso de diálogo permitirá dar voz a aquellos actores que normalmente no son considerados en procesos de toma de decisiones. Además, la inclusividad abre la puerta a la participación equitativa y efectiva de todos los actores.
2.    La apropiación compartida se relaciona con el compromiso que los participantes adquieren con el proceso al creer verdaderamente en él; es decir, los actores consideran que es un diálogo significativo y genuino en el que vale la pena participar.
3.    La actitud de aprendizaje tiene que ver con escuchar con apertura y reflexionar sobre lo que los otros dicen y piensan, respetando sus ideas. Se trata de escuchar para aprender y comprender mejor la problemática que está al centro del diálogo.
4.    La humanidad está relacionada con la empatía (estar dispuestos a ponernos en el lugar del otro) y la autenticidad (expresar lo que realmente uno es y piensa). Se dice que cuando los participantes comienzan a esforzarse por comprender al otro, se planta la semilla del diálogo.
5.    La confidencialidad se refiere a que todos los participantes respetan la confianza construida en el diálogo y por lo tanto no lo utilizarán inadecuadamente para ganar poder. Asimismo, la confidencialidad refuerza en los actores involucrados la libre expresión de sus puntos de vista sin temor a críticas negativas ni represalias.
6.    La perspectiva sostenible a largo plazo consiste en la búsqueda de soluciones sostenibles, que duren. En este sentido, el diálogo se diferencia de aquellas acciones inmediatas que son a veces necesarias, pero no siempre suficientes, para detener la violencia. El diálogo busca la transformación de las relaciones y los cambios profundos.
7.    La buena fe se refiere a que el diálogo no debe incluir intenciones ni agendas ocultas y los participantes deben compartir con honradez sus conocimientos y ser pacientes, flexibles y tolerantes.
ROLES DE UN DIÁLOGO DEMOCRÁTICO
Promotores y garantes: De ellos surge a iniciativa de un diálogo y se encargan de fomentar y promover el diálogo en su inicio, así como de darle seguimiento a su correcta implementación. Este rol puede ser complementado con los observadores y garantes.
Los convocantes hacen la invitación al diálogo, abordan a los posibles dialogantes para conseguir su participación y se aseguran que se incorporen a la mesa de diálogo.
Los donantes proporcionan los recursos financieros para que el proceso de diálogo pueda transitar por todas sus etapas.
Gestores son las personas o instituciones que se encargan de los aspectos operativos, técnicos y logísticos del proceso.
Facilitadores: es quien tiene a su cargo la creación del espacio de confianza para los dialogantes y la conducción metodológica del proceso, participando también en su diseño. Esta guía proporciona lineamientos metodológicos y herramientas que pueden orientar a quien asuma el rol de facilitador a conducir un proceso estructurado exitosamente.
Principales cualidades de un facilitador:
• Está familiarizado con varios enfoques y herramientas de proceso para la facilitación de grupos.
• Tiene experiencia de trabajo en diferentes contextos políticos y culturales y compromiso para adaptar los procesos al contexto actual.
• Conoce los diferentes tipos de roles y funciones necesarios para la buena ejecución de un proceso.
• Tiene intuición política; es decir, habilidad para captar las dimensiones políticas del contexto que afectarán e influirán el proceso.
• Tiene sensibilidad cultural; es decir, habilidad para ajustarse a situaciones de diversidad cultural.
• Usa un estilo de trabajo colaborativo.
• Tiene destrezas de comunicación e incidencia.
Algunas de las funciones de un facilitador son:
• Prepararse desde el inicio para entender las relaciones entre los dialogantes, las dinámicas de poder, el contexto social, político y cultural, y los antecedentes históricos de la problemática o demandas.
• Guiar a los participantes con curiosidad, formulando preguntas respetuosas y sin tomar partido por ningún grupo.
• Escuchar, recoger y devolver al grupo lo que se va diciendo para promover la reflexión.
• Resumir y enfatizar los acuerdos y desacuerdos.
• Registrar lo que va sucediendo para que sirva de apoyo a la memoria grupal.
• Utilizar herramientas para construir consensos y generar confianza entre los dialogantes.
Los expertos de proceso dan asesoría técnica al diálogo.
Los dialogantes son las personas que se sientan a la mesa de diálogo directamente y trabajan en forma conjunta y participativa durante los eventos del proceso.
ETAPAS DE UN PROCESO DE DIÁLOGO
ü  Exploración
ü  Diseño
ü  Implementación
ü  Seguimiento